Guía definitiva para los amantes del vermú

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El vermú, protagonista en la hora del aperitivo así como de cócteles icónicos, es una bebida versátil que ha conquistado el paladar de muchas personas. Te contamos todo los que debes saber sobre este elixir aromatizado.

Qué es el vermú?

El vermú es un vino fortificado aromatizado con hierbas, especias, raíces y frutas. Su nombre proviene del alemán wermut (ajenjo), uno de sus ingredientes clave. Con un contenido alcohólico entre 15% y 22%, equilibra lo herbal y lo amargo.

Origen del vermú: quién lo inventó

La historia del vermú se entrelaza con la medicina antigua y el ingenio renacentista. Sus raíces se remontan al siglo V a.C., cuando Hipócrates maceraba vino con ajenjo y hierbas para crear vinum absinthiatum, un elixir digestivo. Esta práctica perduró en monasterios medievales, donde monjes europeos experimentaban con vinos infusionados para tratar dolencias o simplemente como método de conservación para demorar la oxidación del vino. Sin embargo, fue en la Turín del siglo XVIII, epicentro de la cultura vitivinícola y herbolaria italiana, donde el vermú adquirió su identidad moderna. En 1786, el comerciante y herbalista Antonio Benedetto Carpano revolucionó la tradición al crear una mezcla sofisticada en su tienda cerca del Palazzo Reale. Combinó vino moscatel blanco del Piamonte con una selección de más de 30 botánicos —ajenjo, clavo, cardamomo, cáscaras de cítricos— y lo endulzó con azúcar, dando origen al primer vermú diseñado específicamente como aperitivo.

Su invento, bautizado como "Wermut" (del alemán ajenjo), cautivó a la aristocracia turinesa. No solo ofrecía un sabor equilibrado, sino que encarnaba el ritual social de reunirse antes de la cena. El éxito fue tal que comenzaron a aparecer productores como Cinzano (fundada en 1757 pero adaptada al vermú en 1816) y Martini & Rossi (1863), que llevaron la bebida a mercados internacionales.

Para finales del siglo XIX, el vermú traspasó fronteras: Francia desarrolló su versión seca (como el Noilly Prat de 1813), y en España surgieron estilos más dulces. Hoy, Turín sigue siendo la capital histórica de este líquido que fusionó alquimia herbal y placer gastronómico.

Qué tipos de vermú existen y sus características

La evolución del vermú no solo es una crónica de botánicos y barricas, sino un reflejo de culturas y paladares. Te presentamos los distintos tipos de vermú que se comercializan en la actualidad, así como las características de cada uno de estos estilos.

El vermut rosso (rojo) fue el pionero. Nacido en el Turín del siglo XVIII tiene un sabor dulce y complejo, con notas de hierbas amargas y especias. Su color ámbar oscuro o rojizo se debe al caramelo añadido. La base para su elaboración es el vino blanco fortificado, aunque en la actualidad algunas marcas utilizan vino tinto.

Como evolución del vermú rojo nació el vermut bianco (blanco) en la Italia del siglo XIX. Menos dulce que el rosso se caracteriza por unos perfiles suaves y florales con matices cítricos. De color dorado pálido o amarillo claro se elabora con base de vino blanco sin envejecer.

Al traspasar las fronteras italianas en la Francia del siglo XIX nace la variante vermut dry (seco). Con una cantidad mucho menor de azúcar en este tipo de vermú dominan las notas a hierbas aromáticas y un final amargo y limpio. Su color amarillo pajizo o transparente nos puede llevar a confusión con el blanco, por lo que debemos fijarnos bien en el etiquetado. Como base para su elaboración se parte de vino blanco seco, macerado con botánicos mediterráneos. Al contrario que los anteriores, no se suele tomar solo, pero si es ingrediente fundamental en muchos cócteles, como el icónico Dry Martini.

El vermut rosato (rosado) es la variante más moderna que está ganando cierta popularidad en el siglo XXI. Se caracteriza por tener un equilibrio entre dulzor ligero y acidez, con notas de frutos rojos y cítricos. Su nombre deriva de su color rosa pálido o salmón, que se logra con la mezcla de uvas tintas y blancas.

Cómo se elabora el vermú

La elaboración del vermú comienza con la selección de un vino base, ya sea blanco o tinto, que servirá como punto de partida. Este vino se macera cuidadosamente con una compleja combinación de botánicos, entre los que suelen encontrarse el ajenjo, el cardamomo, el clavo de olor, la canela, las cáscaras de cítricos y otras hierbas aromáticas, que aportan sus sabores únicos y característicos.

Posteriormente, la mezcla se fortifica con alcohol neutro para estabilizar y realzar sus notas, y se endulza en función del tipo de vermú que se desee elaborar (seco, blanco o rojo). Finalmente, el vermú pasa por un proceso de envejecimiento, que puede realizarse en barricas de madera, donde los sabores tienden a redondearse y armonizarse. Tras este paso, se filtra y embotella cuidadosamente, listo para disfrutar como un clásico aperitivo o como base de cócteles sofisticados.

Cuándo y cómo tomar vermú

El vermú es una bebida versátil que puede disfrutarse en una amplia variedad de ocasiones, aunque su consumo tradicionalmente ha estado ligado al ritual del aperitivo. En países como España, "la hora del vermú" es una costumbre social que se celebra antes del almuerzo, generalmente entre el mediodía y las dos de la tarde. En esta franja horaria, se acostumbra a tomarlo acompañado de pequeñas tapas como aceitunas, anchoas, patatas fritas o mejillones en escabeche.

Para degustarlo, el vermú suele servirse frío, en un vaso bajo con hielo, una rodaja de naranja o limón, y en ocasiones con un toque de sifón o agua con gas para suavizarlo. Aunque el vermú rojo y dulce es el preferido para el aperitivo, otras variantes como el blanco, seco o incluso los vermús modernos con sabores especiales se adaptan a distintos gustos y momentos.

Además de su rol en el aperitivo, el vermú también se utiliza ampliamente en coctelería, siendo un ingrediente clave en clásicos como el Negroni, el Manhattan o el Dry Martini. Su equilibrio entre lo dulce, lo amargo y lo herbal hace que sea ideal tanto para antes de las comidas como para acompañar momentos más informales o incluso la sobremesa.

Martini y Vermú: ¿Una Marca o una Categoría?

Es común encontrar cierta confusión entre la marca Martini & Rossi y el concepto de vermú, una confusión que tiene raíces históricas y culturales. Martini, la icónica empresa italiana fundada en 1863, es una de las marcas más reconocidas de vermú en el mundo y ha jugado un papel clave en popularizar esta bebida a lo largo de los años. Por ese motivo, muchas personas tienden a asociar erróneamente "Martini" con sinónimo de "vermú", cuando en realidad Martini es solo una de las tantas marcas que elaboran este producto.

El vermú, por definición, es una bebida alcohólica aromatizada y fortificada, elaborada a partir de vino base, botánicos y un toque de alcohol neutro. Más allá de Martini, existen numerosas casas especializadas, como Cinzano, Carpano, Noilly Prat y una creciente industria de vermús artesanales en diversos países, lo que refleja la diversidad y riqueza de esta categoría.

La confusión también puede alimentarse debido al famoso cóctel Dry Martini, que muchas veces se asocia exclusivamente con la marca Martini. Sin embargo, el cóctel no tiene origen en la marca, sino que toma su nombre del tipo de vermú seco, que puede provenir de cualquier productor.

Por lo tanto, si bien Martini ha sido un actor clave en la historia del vermú, es importante distinguir entre la marca en sí y la categoría general, que abarca un amplio abanico de estilos, sabores y productores, cada uno con una interpretación única de esta célebre bebida.

Es saludable beber vermú?

El consumo moderado de vermú puede tener ciertos beneficios, aunque, como con cualquier bebida alcohólica, es importante disfrutarlo con responsabilidad. Al estar elaborado a partir de vino macerado con hierbas y botánicos, el vermú contiene compuestos que pueden aportar propiedades interesantes. Por ejemplo, algunas de las hierbas comúnmente utilizadas, como el ajenjo, el cardamomo o la manzanilla, tienen efectos digestivos, lo que explica su tradicional uso como aperitivo para estimular el apetito y favorecer la digestión.

Además, el vino base del vermú aporta antioxidantes, como los polifenoles, que pueden tener efectos positivos sobre la salud cardiovascular cuando se consumen en dosis moderadas. Sin embargo, estos beneficios se ven contrarrestados si se excede el consumo recomendado, ya que el alcohol en exceso tiene efectos negativos para el hígado, el corazón y el sistema nervioso.

Por otro lado, algunos vermús contienen un alto contenido de azúcares añadidos, especialmente los estilos más dulces, lo que puede ser un factor a considerar para personas con diabetes o que buscan reducir el consumo de azúcares en su dieta.

El vermú puede disfrutarse como parte de un estilo de vida equilibrado si se bebe con moderación. Una o dos dosis ocasionales forman parte de la tradición social en muchos países y pueden ser una forma placentera de complementar una comida. Sin embargo, como con cualquier bebida alcohólica, conocer sus límites y evitar el exceso es clave para que sea una experiencia saludable y placentera.

Principales países productores y consumidores de vermú

El vermú tiene una rica tradición que se extiende por varios países, tanto en su producción como en su consumo, desempeñando un papel destacado en la cultura y la gastronomía de cada región.

Entre los principales productores destacan Italia, Francia, España y Argentina. Italia, cuna del vermú moderno, es mundialmente reconocida por marcas icónicas como Martini & Rossi, Cinzano y Carpano. Su estilo distintivo, especialmente en el vermú rojo y dulce, ha marcado tendencia en el mercado global. Francia, por su parte, es famosa por los vermús secos, siendo Noilly Prat uno de los ejemplos más representativos. La elegancia y sutileza de los vermús franceses han consolidado su lugar en coctelería y aperitivos. España ha ganado protagonismo con una creciente oferta de vermús artesanales, en particular en regiones como Cataluña y el País Vasco, donde la tradición de “la hora del vermú” es un ritual social clave. Por su parte, Argentina cuenta con una fuerte tradición local, impulsada por la inmigración italiana, que introdujo el vermú como parte de la dieta y la cultura diaria. En este país, marcas como Martini, Cinzano y Gancia se encuentran entre las más populares, y el vermú se disfruta especialmente mezclado con soda en encuentros sociales o reuniones familiares.

En términos de consumo, países como España e Italia lideran gracias a sus arraigadas costumbres en torno al aperitivo. En España, el "vermut de grifo" es un favorito en bares y tabernas, mientras que en Italia la "aperitivo hour" es un momento esencial del día, acompañado de pequeños bocados. Argentina también se destaca como uno de los mayores consumidores de vermú per cápita en el mundo. Allí, beber vermú es una tradición intergeneracional, y se lo asocia tanto a la clásica mezcla con soda como a su protagonismo en cócteles modernos. En otros lugares, como Francia, el vermú tiene un perfil más ligado a la coctelería, mientras que países como Estados Unidos y Japón han experimentado un creciente interés, impulsado por la revalorización de los cócteles clásicos y la introducción de marcas artesanales.

Aunque Italia, Francia, España y Argentina son pilares indiscutibles de la producción y consumo de vermú, el resurgimiento global de esta bebida ha llevado a que otros países también adopten y aprecien su rica tradición, adaptándola a sus propias culturas.

Cócteles con vermú

El vermú es un ingrediente esencial en la coctelería clásica, aportando su equilibrio único de notas dulces, amargas y herbales a una amplia variedad de tragos. A continuación, destacamos algunos de los cócteles más icónicos elaborados con vermú:

  • Negroni: Uno de los clásicos más apreciados, el Negroni combina partes iguales de vermú rojo, ginebra y Campari. Este cóctel italiano es conocido por su intenso balance entre lo dulce y lo amargo, decorado generalmente con una rodaja de naranja que potencia sus aromas cítricos.
  • Manhattan: Un emblema de la coctelería estadounidense, el Manhattan mezcla whisky (generalmente de centeno), vermú rojo y unas gotas de angostura. Se sirve en copa de cóctel con una cereza como decoración, ofreciendo un perfil robusto y sofisticado.
  • Dry Martini: Este elegante cóctel combina vermú seco y ginebra, con proporciones que varían según el gusto. Decorado con una aceituna o una cáscara de limón, el Dry Martini es sinónimo de refinamiento y un favorito en bares de todo el mundo.
  • Americano: Sencillo y refrescante, el Americano se prepara con vermú rojo, Campari y soda. Servido en vaso alto con hielo y adornado con una rodaja de naranja, es una opción ligera ideal como aperitivo.
  • Rob Roy: Similar al Manhattan, pero con whisky escocés en lugar de bourbon o centeno, el Rob Roy adquiere un perfil más ahumado que lo distingue, manteniendo el uso del vermú rojo y la angostura.
  • Vermouth Tonic: Una opción moderna y ligera que mezcla vermú blanco con agua tónica, hielo y una rodaja de limón o naranja. Este cóctel está ganando popularidad como alternativa refrescante y menos alcohólica.

El vermú no solo es una bebida ideal para disfrutar solo, sino también una pieza clave en la coctelería clásica y contemporánea. Su versatilidad y capacidad para realzar otros sabores lo han convertido en el alma de algunos de los cócteles más célebres de todos los tiempos.

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